La Comunidad de Madrid vuelve a poner de manifiesto sus discrepancias respecto a la reforma fiscal que el gobierno pretende implementar a partir de enero de 2015. Primero fue Enrique Osorio y ahora el presidente de la comunidad, Ignacio González, ha declarado estar «absolutamente en contra» de la propuesta de gravar más la venta de viviendas de segunda mano de más de 20 años.
«Estoy absolutamente en contra de esa propuesta de incrementar la fiscalidad de la venta de viviendas de segunda mano de más de 20 años«, ha afirmado González. En su opinión, en estos momentos «lo que necesita la dinamización de la actividad de la economía no es mayores impuestos, ni incrementos tan grandes como el que se observa ahí, sino todo lo contrario«.
Lo cierto es que, de ser puesta en práctica esta medida, el contribuyente puede llegar a pagar decenas de miles de euros más en la venta de su vivienda.
Esta controvertida medida aparece reflejada en el anteproyecto de ley de la Reforma Fiscal elaborado por el gobierno. Esta medida hará que desaparezcan varios coeficientes de abatimiento que reajustan la plusvalía obtenida por la venta de una casa al paso del tiempo; de esta forma el vendedor tendrá que pagar un impuesto sobre la diferencia exacta entre el precio de compra de hace más de 20 años y el precio de venta actual. Factores como la revalorización de la vida no serán tenidos en cuenta para disminuir el impuesto a pagar.
La diferencia entre vender antes o después de 2015 puede variar en varias decenas de miles de euros.
Ignacio González considera que el aumento de los impuestos ralentiza y complica la recuperación económica y ha pedido al gobierno central que reconsidere su postura respecto a esta medida.
El gobierno regional cree fielmente en la idea de que mayores impuestos suponen una barrera para la recuperación; la reducción al 6% del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) que se paga por la adquisición de una casa de segunda mano es un claro ejemplo de ello.
Lo cierto es que esta reducción del ITP supuso un incremento de la recaudación por parte de la administración autonómica, debido al mayor número de transacciones efectuadas. Siguiendo esta línea, el incremento del impuesto en la venta de viviendas de segunda mano de más de 20 años podría conllevar una reducción de la recaudación por parte de la administración central.
Mayores impuestos suponen una reducción de las transacciones, sin embargo, esto no quiere decir que necesariamente la recaudación vaya a bajar. Todo depende de hasta qué nivel bajen las transacciones de casas de más de 20 años.